PERIODONCIA

La Periodoncia se encarga del tratamiento de las enfermedades periodontales, cuyas dos grandes clasificaciones son Gingivitis y Periodontitis. Ambas se presentan, en la mayoría de los pacientes, con características de enfermedades crónicas, es decir que se desarrolla a través del tiempo y no da síntomas hasta cuando ya está muy avanzada.

La Gingivitis  se caracteriza por la inflamación de las encías y  se considera el inicio de la Periodontitis. Se produce por la persistencia de acúmulos de placa bacteriana sobre la superficie de los dientes. Cabe destacar que, la placa bacteriana es el conjunto de restos alimenticios y bacterias adheridos sobre la superficie de los dientes, encías y lengua; se caracteriza por ser de consistencia blanda, de color blanco y con una alta adhesividad al esmalte. Si la placa bacteriana persiste en el tiempo se calcificará y/o endurecerá, transformándose en sarro.

La presencia de placa bacteriana o del sarro  genera una reacción inflamatoria por parte del cuerpo, que es en sí, la respuesta del sistema inmune frente al crecimiento bacteriano.

La Periodontitis es un estado más avanzado que la gingivitis, en donde la enfermedad  compromete no solo a la encía sino que a las estructuras de soporte subyacentes, como lo son el ligamento periodontal y el hueso alveolar. En esta etapa se observa destrucción de éstas estructuras; en concreto lo que se produce es: pérdida de inserción del ligamento periodontal, pérdida de altura del hueso alveolar y movilidad dentaria. A pesar de ser un estadio más avanzado de la enfermedad, no siempre se observará sangrado.

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El tabaco indirectamente va a favorecer el crecimiento bacteriano causante de la enfermedad periodontal. El tabaco tiene entre sus múltiples efectos adversos, una característica que es ser vasoconstrictor, es decir disminuye o limita el riego sanguíneo al producir constricción y disminución del lumen de los vasos sanguíneos. Al haber una disminución del riego sanguíneo, también disminuyen la presencia de las células de defensa (linfocitos) en el fluido crevicular de la encía, por tanto la capacidad del sistema inmune de contrarrestar el daño producido por las bacterias también disminuye.

Existe una asociación compleja entre la Diabetes y la Enfermedad Periodontal. Ambas patologías favorecen un entorno sistémico inflamatorio, lo cual puede explicar la asociación bidireccional entre ambas. En un informe actualizado de la Asociación Americana de la Diabetes, se describe la comorbilidad de ambas enfermedades. La comorbilidad se explica como la existencia de dos afecciones simultáneas e independientes que interactúan y presentan el riesgo de empeorar la evolución de ambas.

El deficiente control glicémico de los pacientes diabéticos conduce a una respuesta inflamatoria desregulada y a una disminución de la actividad inmune. Aunque la inflamación del periodonto es provocada inicialmente por las presencia de bacterias patógenas, el daño aumentado a los tejidos proviene también de esta respuesta inflamatoria desequilibrada que trae consigo la diabetes.

A la inversa, la inflamación localizada en el periodonto permite el paso de bacterias patógenas periodontales al torrente sanguíneo lo que produce un incremento en la sangre de los mediadores inflamatorios, lo cual afecta el control de la glicemia.

En resumen, una diabetes no controlada va a aumentar el daño producido por la periodontitis; a su vez la periodontitis va a aumentar la inflamación sistémica e impedir un correcto control de la glicemia.

Puedes contribuir a la salud de tus encías realizando una higiene diaria que implique 3 cepillados y el uso de seda dental por lo menos 1 vez al día. No se requiere utilizar enjuagatorios salvo los que te indique tu dentista. También es importante que planifiques visitas regulares a tu dentista tratante, por lo menos 1 vez al año.

Ahora, si tienes diagnosticada una enfermedad periodontal, debes realizar controles más frecuentes  al Periodoncista cada 3 a 4 meses, ya que esta condición es permanente.

Por tanto consultar a tiempo y realizar una adecuada terapia periodontal será la única garantía de recuperar y  conservar un periodonto sano.

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