La ortopedia dentomaxilar es un tratamiento especializado que se ejecuta durante la niñez  y que se encarga de estimular un adecuado crecimiento y desarrollo de los maxilares, cuando se observa que su ancho o longitud no será suficiente para alinear  a todos los dientes.

También se encarga de prevenir alteraciones en la forma o en la  posición de los arcos dentarios como por ejemplo la mandíbula adelantada o mordida invertida o un  arco superior estrecho que produce mordida cruzada .También puede corregir alteraciones específicas de dientes en mal posición.

La ortodoncia en sí, se emplea cuando  no se requiere  corregir la forma o posición de los arcos dentarios y se avoca derechamente a lograr el alineamiento  los dientes. Se puede realizar mediante aparatos fijos, los brackets, o con alineadores  removibles e invisibles como el sistema Invisalign. Dependiendo del caso clínico es el sistema más adecuado a indicar como tratamiento.

Es importante recalcar que ambos tratamientos, ortopedia y ortodoncia,  no son excluyentes;  de hecho pueden ser complementarios realizando  en una primera etapa ortopedia y luego ortodoncia.

No, no se heredan, les explico porque:

La forma que traen las estructuras tiene un alto componente genético; pero el crecimiento y desarrollo de ellas está determinada por la influencia de  los factores ambientales.

Llamamos factores ambientales al desarrollo de lesiones de caries, alergias respiratorias, lactancia materna, uso de chupete, entre otros.

La forma de mis dientes viene determinada por la genética, pero si tengo lesiones de caries a temprana edad, o sufro caídas con golpes que dañan mis dientes, va a producir una  pérdida del tejido dentario parcial (lesión de caries)  o total (extracción) y eso va a implicar que se  tenga menos espacio para acomodar los dientes definitivos.

Lo mismo sucede si hay hábitos de succión, si se es crónico respiratorio, si se mantiene un patrón de deglución infantil; estos que son factores ambientales van a influir en el crecimiento y desarrollo de los arcos dentarios, produciendo un arco estrecho o un paladar estrecho y profundo, con la consecuente falta de espacio.

No existe una edad específica ya que las alteraciones dentomaxilares se pueden producir a lo largo de toda la etapa del crecimiento y desarrollo de las personas.  Por eso cobra relevancia el realizar controles periódicos  comenzando  a muy temprana edad para evaluar y registrar a través del tiempo como se va creciendo el paciente, como se produce su desarrollo y detectar a tiempo las posibles alteraciones. En estos controles se verifica: higiene dental, presencia de lesiones de caries, numero de dientes, función masticatoria, función respiratoria, función deglutoria, entre otras evaluaciones.